Navengando por la red (y sin flotador), encontré una interesante noticia sobre los actos celebrados en honor a Santo Tomás de Aquino y me chirrió bastante una asociación de palabras que paso a reproducir en un pequeño extracto:
Jesús en su Entrada Triunfal |
Sobre estas últimas líneas se podrá escribir mucho y seguro que no soy el más indicado para hacerlo pero en mi condición de cristiano y sobretodo por mi fe en el Padre creo que aquí hay algo que no concuerda.
Jesús de Nazaret, el hijo de Dios para quien no se sitúe, enseñó por los pueblos todo el tiempo que le dejaron (hasta que llegó Judas Iscariote y lo besuqueó). Durante todo ese tiempo enseñó sobre caridad, perdón, entrega y compromiso,... y sobre todo AMOR. Sobre el matrimonio en el que se suplanta el papel de la madre (entendiendo por esa suplantación un matrimonio homosexual) creo recordar que en ninguno de los cuatro Evangelios se condena a la homosexualidad. Jesús no habla de matrimonios entre hombres o entre mujeres.
Si Jesús apela al amor sin importar el género... ¿por qué la Iglesia si lo hace?, ¿por qué se rechaza la homosexualidad o el matrimonio homosexual? ¿Tiene más valor para DIOS un matrimonio heterosexual que uno homosexual? Un matrimonio es una unión por amor en la que dos personas se entregan una a la otra y eligen ser compañeras en el camino de la vida.
¿Qué pasaría si un matrimonio homosexual llega al Juicio Final? El mensaje de Jesús fue el mismo para todas las personas: en el Juicio Final no nos preguntará si fuimos homosexuales o heterosexuales, sino si dimos de beber al sediento, de comer al hambriento, de vestir al desnudo, de liberar a los oprimidos…
Lo siento por el Señor Vicario, por Benedicto y por toda la curia que intenta imponernos unas ideas que no vienen de Dios, sino de los hombres; para mí seguirá siendo tan válido un matrimonio de dos personas que se amen y se unan sea cual sea su orientación sexual.