Nuestro Padre Jesús de la Esperanza en el puente Cedrón (Sevilla) |
Mirando atrás, son ya varias las veces que me he acercado a la capital vecina para visitar las hermandades de Sevilla; y no sólo eso, sino también a algunas de las salidas extraordinarias que han habido en los últimos años y que más adelante detallaré en siguientes entradas, pero hoy buscando entre mis fotos encontré unas referentes al besamanos del titular de la Agrupación Parroquial del Santísimo Sacramento, Nuestro Padre Jesús de la Esperanza en el puente Cedrón, María Santísima del Rosario, Virgen de la medalla Milagrosa y San Juan Evangelista.
La obra de Jesús de la Esperanza es obra de José Antonio Navarro Arteaga y representa un Cristo en movimiento, de zancada larga. El bello rostro de Jesús presenta una lágrima en su mejilla izquierda, y tiene la originalidad de ir calzado, lo que supondría, si esta Agrupación se convirtiera en Hermandad de Penitencia y llegara a la Catedral, como la segunda imagen de Sevilla en la que Cristo va calzado, ya que la única que actualmente lo hace es el Cristo de la Borriquita de la Hermandad del Amor.
El grupo escultórico (en realización todavía) representa a Jesús, que tras ser traicionado por Judas, es prendido en el Monte de los Olivos y conducido a casa de Anás; para ello tenía que cruzar el torrente Cedrón por su puente.
El misterio irá ambientado en lo que sería la bajada del puente. En el frontal aparece un judío con espada en el cinto, abriendo paso con una antorcha para iluminarse en la noche. Éste conduce al Señor de la Esperanza maniatado por el puente Cedrón, que preside el conjunto. El Señor es escoltado, en el costero derecho, comenzando a subir el puente, por otro de los soldados judíos, que con un palo, le instiga. Antes de subir el puente, en el costero izquierdo, se encuentra el tribuno romano, montado a caballo. Junto al tribuno, en el costero derecho, se encuentra la imagen de un sanedrita, podría ser José de Arimatea, que reprende al tribuno romano por su actitud. En la trasera del paso, se encuentra un joven cubierto de un lienzo blanco, que acompana a Jesucristo, sostiendo un candil que servía para iluminarse por el camino, este niño, intenta aguantar a un perro que le acompaña, pues está ladrando al caballo, asustado por el ladrido del perro que parece quiere defender a su amo. (Extracto de Esteban Romera para ABC Sevilla).
Lo que de verdad admiro, dejando a un lado el aspecto cofrade, es la implicación que tiene la Agrupación en el barrio, las iniciativas, como el cine de verano. Sin duda, este es un aspecto que muchas hermandades olvidan y que le dan sentido a la formación de la corporación. Espero que pronto pueda darme otra escapada a Sevilla y esta vez sea para ver al Señor de la Esperanza prendido por las calles de la ciudad con el misterio completo y arropado por su barrio.