El Cristo de la Caridad el Jueves Santo de 2011 |
Por desgracia, cada vez es más clara la tendencia costaleril que se hace presente en nuestra Semana Santa, pues empieza a ser común, que los costaleros se parapeten delante de los pasos y enturbien el cortejo de la cofradía. El Costalero, un personaje anónimo que encarna la penitencia bajo el peso de “su cruz” que cada vez más se hace protagonista durante una estación de penitencia. Un costalero no debe ir delante de un paso saludando, riéndose a carcajadas, insultando a otras hermandades o grabando con el móvil en una mano y un cigarro en el otro el paso de su hermandad yendo de espaldas. Un costalero debe ser anónimo, salir del paso e irse al siguiente punto de relevo o colocarse detrás del paso por si se le necesitara, pero con la corrección que se debe tener ante lo que se está haciendo. Por supuesto, refrigerarse es algo importante pero no irse de tapitas o de cervecitas mientras que llega el paso al siguiente relevo. Jóvenes costaleros a los que se les está inculcando una sabia técnica costaleril pero que por desgracia está desvirtuando el verdadero valor que este personaje conlleva.
Este año no pudo ser y la hermandad de Las Palmeras, con mucho acierto, tomó la decisión de no arriesgar ante la previsión de lluvia. Creo que nadie tenía más ilusión que los responsables y hermanos de esta hermandad en llegar a la carrera oficial pero con un buen criterio no se puso en la calle ante la ausencia de lugares donde guarecerse en la mayor parte de su recorrido. Sólo nos queda el respeto hacia la decisión y acompañarlos. El año que viene será.
Especialmente emotiva fue la llegada de Nuestra Señora de la Merced a su barrio donde una preciosa saeta hizo emocionarse a todos los presentes. Sin esperarlo, comenzaron a llover pétalos preparados con todo el cariño del corazón a una imagen que en sus lágrimas lleva más de una plegaria, ruego y súplica de sus vecinos.
Me llamó poderosamente la atención, no tanto la expectación que el Santo Cristo de la hermandad Universitaria había suscitado en su plaza del Cardenal Salazar, sino el recogimiento y silencio que la gente ofreció a esta joven hermandad. Esperemos que pronto la cofradía crezca como merece y su cortejo penitencial sea algo más largo pudiendo incorporarse a la nómina de hermandades que no sólo hacen estación de penitencia a la Catedral sino que también llegan a la carrera oficial. Quizás una vez que esto suceda, su lugar fuera de la Semana Santa sea ocupado por la Pro hermandad de las Lágrimas del Figueroa, como Hermandad y esté saliendo por su barrio unos años antes de la Semana Santa para poco después incorporarse también a los días grandes. Queda algún tiempo para que esto suceda y con la esperanza de que llegue ese día, ahora es momento de disfrutar de lo que está sucediendo en nuestra Córdoba cofrade.
Santísimo Cristo del Remedio de Ánimas en su Estación de Penitencia 2011 |
Preciosos y emotivos han sido los momentos que la lluvia nos ha regalado en algunos templos como en San Francisco donde el Cristo de la Caridad surgía de la oscuridad junto a su Madre Bendita bajo un calvario rojo de claveles. Pese al ruido ambiente en algunos momentos, la mayor parte del tiempo el silencio fue uno de los predominantes en esta querida hermandad, la cual es maltratada constantemente por su acompañamiento militar sin entender la Córdoba cofrade más roñosa que lo importante es el que murió por nosotros en una cruz y no la actitud de la gente que asiste a ver a los legionarios. Más de uno se debería de preocupar más por mirarse así mismo que por mirar a los demás. Sin embargo y conscientes siempre de ello, los hermanos siguen viviendo a Cristo, y no a los legionarios, todos los días del año.
Un buen chaparrón me "atacó" en la plaza de la Compañía esperando sin paraguas a que abriera sus puertas la Iglesia del Salvador y aunque después me resentí de la mojada en casa, fue enormemente bello el conjunto de los pasos de la hermandad del Santo Sepulcro con la música coral entonando con delicadeza las piezas preparadas con toda la iglesia a oscuras acompañada por el magnífico retablo que aguarda en la iglesia. La belleza del momento fue tan especial como el reencuentro de las imágenes recién restauradas de las Angustias en su posible, último año en San Pablo, donde el paso se encontró con los fieles a las puertas del templo. Precioso el detalle del acompañamiento musical de esta hermandad, Calíope, que dejó para el recuerdo momentos indescriptibles donde la armonía de unos acordes clásicos alivió a las "nuevas" 5 lágrimas que en San Agustín desean secar.
Una Semana Santa en la que preocupantemente se empiezan a repetir los presagios más impertinentes de la meteorología, año tras año y que en el 2011 nos dejó con media Semana Santa con la que disfrutar y comprobar por que caminos van nuestras hermandades teniendo un leve destello de donde hay que trabajar más en pro de nuestra semana santa y que hermandades pueden servir de maestras y referencia a los cofrades cordobeses.
Mucho que trabajar y sobretodo mucho que valorar.
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