sábado, 11 de junio de 2011

Vaya cruz...

Llega a Córdoba entre una masa ingente de jóvenes un trozo de madera y un cuadro de la Virgen… ¿y? Será que nuestra querida iglesia no cree que tengamos suficiente cruz con un futuro tan incierto, tan lleno de pobreza y desesperanza que nos trae otra cruz (pero esta viajera). Lo siento señor Papa, yo no quiero su cruz, bastante tengo con la que tengo que cargar, esa que pesa como si toda una sociedad hubiera perdido la esperanza por una iglesia que cada vez se aparta más del pobre y del marginado, esa que pesa como si el futuro de los jóvenes pasase por manos de empresas que pagan carreras en su propio beneficio y sus “alumnos” se vean encadenados a una hipoteca que pagar por los estudios. Ese peso que recuerda al de muchos jóvenes que viven precariamente en su trabajo con unos sueldos paupérrimos y sin posibilidad de independizarse, y ni mucho menos hacer planes de futuro siendo “indefinidos” en la empresa; o ese peso de una generación (ahora joven) que no podrá beneficiarse de unas pensiones que para cuando lleguen a la edad de usarlas ya no quedará dinero.

¿Y esta es la respuesta de la iglesia ante tantísimos problemas de los jóvenes? ¿Traernos una cruz y un cuadro que están viajando por todo el mundo y que al parecer llama a los jóvenes a manifestar que son cristianos comprometidos? No, señor Papa, no, este es el borreguismo religioso y carente de significado cristiano que hace que la iglesia se separe de los verdaderos problemas de los jóvenes. Nada se va a arreglar porque un trozo de madera y un cuadro se paseen por Córdoba. Si quiere ayudar, como cabeza de la iglesia, apoye las manifestaciones que piden dignidad a la persona, que buscan humanizar la sociedad, que sólo quieren que seamos libres en nuestros derechos Y DEBERES y que no nos manipulen los bancos y políticos.

Cree que Cristo habría cortao un par de arbolitos y le habría dicho a sus apóstoles: tomad y llevad este trozo de madera por todos los pueblos, dadle un paseíto y que la gente con sólo verlo se le quiten los problemas… Venga, por favor. Cristo habría estado con los pobres, con los marginados, con los que luchan por ser libres, por amar al prójimo y a toda la sociedad hasta el punto de pedir para todos, que sean humanos y que el sistema los trate como tal. Seguro que apoyaría a los que defienden un futuro de una juventud llena de esperanza y verdad, y no estaría sonriendo mientras ve que un puñado de borregos pasea un trozo de madera.

No, esta no es mi iglesia, estas no son mis hermandades. Mis hermandades buscan dinero y alimento para los asilos, para los necesitados del barrio, crean escuelas taller para darle futuro a quienes sienten que lo han perdido, recuperan la esperanza y la ilusión de los más pequeños cuando los Reyes Magos los visitan en las casas de hermandad, etc.

Bene, ¿quieres ayudar a los jóvenes? Pide que en lugar de pasear la crucecita se manifiesten los jóvenes en las plazas, que hagan sentadas y apoyen el movimiento humanizador de las acampadas y 15 M, que se unan a movimientos cristianos y sean practicantes de la palabra de Dios en la calle, en sus barrios, en sus casas, en sus institutos, entre sus amigos y sus familias, etc. Apoya a quien pide ser hijo e hija de Dios en esta sociedad a la que sólo le importa el consumo y el dinero.

En fin, respeto a quien decida que su mayor apoyo para esta generación de jóvenes pasa por toquetear este trozo de madera y fomentar que otros tantos lo hagan, pero yo no lo haré, mi lugar no está allí.

Los pobres no se alimentan de madera, sino de pan. No pasees una cruz y ayuda con la suya a los que de verdad lo necesitan. ¡Tranquilos! ¡Hay cruces para todos! Y quien quiera, podrá repetir.


(Por cierto, la foto no corresponde con la cruz que se pasea en estos días. Ésta pertenece a la Hermandad de la Cena y sólo ilustra un texto que nada tiene que ver con la misma.)

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